jueves, 28 de febrero de 2013

Primer paso: intentar escribir

Siempre he pensado que las cosas no hay que intentar hacerlas, sino que hay que hacerlas simplemente sin quedarse en el intento. El asunto es, que aún considerándome una buena lectora, esto de escribir me resulta una tarea exigente, sobre todo cuando quieres que alguien te lea sin aburrirte.

Lo de buena lectora me viene de hace mucho, a los seis años devoraba bibliotecas enteras de cuentos infantiles y últimamente según la economía me lo permitiera iba a libro por mes.

Estando embarazada de Ismael hace tres años más o menos, cambie la narrativa y las historias fantásticas por libros de maternidad y crianza natural, con tan buena suerte que empece por mi divino pediatra español Carlos González, y una vez ahí, esto es un no parar.

A día de hoy, sentada e una cama de hospital debido a mi reposo absoluto para evitar el nacimiento prematuro de Martín, me lanzo al vacío para intentar contar mis experiencias, lo que aprendo todos los días acerca de la maternidad, de la crianza, de mis hijos y de reencontrarme con mi mujer natural e instintiva.

Para concluir esta primera experiencia, quisiera remarcar que siempre he sido más de hablar, de esas personas a las que si se quedan calladas les salen letreros o mensajes escritos como en los dibujos animados, así que creo que tengo mucho por decir y al final no sabré si eso es bueno o malo. Habrá que esperar un tiempo para saberlo, o quizá sea un asunto que se quede pendiente para siempre.